No sé que ha ocurrido en Valencia pero la bombilla no para de encenderse, debe de ser que se contagía y se facilita la reflexión y acción rodeada de tanta gente valiosa.
Creo que no me quedaba ninguna duda sobre lo que estoy estudiando, pero ahora puedo afirmar rotundamente que no la tengo, al igual que mi amigo Miquel, me siento orgullosa de pertenecer a la tribu-profesión de educación social.
Ponerle cara a autores/as de artículos leídos en clase a quiénes idealizamos, desvirtualizar a amigos/as de las redes sociales, encontrarnos con estudiantes que no nos ven como bichos raros es fantástico, pero sobre todo, caminar, hablar, compartir, bailar con presidentes, profes, responsables de etc.. nos demuestra y recuerda que la horizontalidad en las relaciones forma parte de nuestra manera de ver la vida.
Quiénes nos marcamos el objetivo de visibilizar la profesión y que para ello las tics son una vía importante, quizá reclamemos más relevancia en el congreso.
Quiénes somos críticos con las políticas y la situación económica nos cuestionamos que los bolígrafos del congreso sean del banco sabadell y las bolsas de bankia. Cuando tenía que dar una para guardar las camisetas lo pensaba, que puntazo hubiera sido que las bolsas fuesen de triodos bank o coop 57, entonces el discurso de Arcadi Oliveres sería más completo aún.
Qué quién se sientan en la mesa de inaguración van en contra de nuestros principios e ideas y aún así se les aplaude. (somos educados eso no lo podemos evitar) Quizá sea buena idea que para el próximo se queden un ratito a escucharnos, desde primera fila por supuesto, pero que se queden, igual que nosotros les escuchamos a ellos, aunque pueda servir de poco. (¿los protocolos también se pueden cambiar no?) <<recuerden el por qué no te callas!>>
Pero incluso las camisetas, que esperamos también ayuden a visibilizar la profesión, podían ser de comercio justo (justo de verdad) algo que se intentó, pero el maldito reloj no permitió.
De todas formas, somos conscientes, críticos con nosotros mismos, en eso estaremos de acuerdo. Así que como dijo Leo Bassi, llevamos aquí 47 mill de años, (no 2000) por lo que no seremos nosotros solos quiénes cambiemos el mundo de un día para otro, pero mientras la utópía nos aliente (La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para que sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar.Eduardo Galeano) podremos facilitar el camino que vemos a través de la ventana abierta.
Que sirva de crítica constructiva, desde la más humilde opinión.
Está claro que darle nombre a los pensamientos ayuda a aclarar ideas. Escribamos pues. Aunque sea en el papel con un boli del sabadell, porque el ordenador está en boxes.